jueves, mayo 10, 2007

Marshall, como todos

Hace un tiempo estaba buscando cosas que me sorprendieran en la web y en GoogleVideo encontré una genial charla televisiva entre Marshall McLuhan y Norman Mailer. Como no sabía como postear GoogleVideo, seguí buscando y encontré este genial fragmento de Annie Hall (no está subtitulado).



Seguí buscando porque me sorprendió que aquel que postulara que el medio es el mensaje fuera tan cercano y tuviera tanto sentido del humor. Encontré una filmación de McLuhan hablando sobre el casamiento en la boda de su hija.



Ya sé que no quieren tantas imágenes, pero no podía guardarme estas perlitas.

Por lo demás, no estoy posteando aquí, pero ando con la camarita del celular sacando fotos inherentes a la campaña. Están en flickr, por si alguien quiere pasar y ver.

flor .

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Tarde como siempre, acabo de leer por primera vez la maniquea 1 de Stecconi.
Brillante. Veo que me vengo perdiendo de muchas cosas. Del humor. De otro que se esconde.


Lo ùnico que pensaba mientras leía es: ¿Cómo hago para conseguir la 2?

Hágase cargo, director.
Abrazo.
P.

Anónimo dijo...

Ojo. Tengo más para decir acerca de ese escrito.
Pero no por ahora.
Quizá un post formal, algo más tarde. A ver si despierto suspicacias.

flor dijo...

Yo las tengo todas, pero no las encuentro en la máquina. Están impresas.

Anónimo dijo...

¿Está en el blog la maniquea? ¿o en algún otro lado de fácil acceso?
Saludos.

Anónimo dijo...

En el blog. En un post viejo. Creo que en los comentarios de El Grafógrafo (aún defiendo ese texto).

Abrazo.

Anónimo dijo...

No. En los comments de Pedido Maniqueo

flor dijo...

La cuestión es que a Nat le da pudor. Yo encontré en este disco rígido las 11, 12, 13 y 14, pero no me atrevería a pasar nada. Aquí tiene que aparecer el autor.

Anónimo dijo...

¿Qué demonios son, exactamente? ¿Y de dónde salieron?

Anónimo dijo...

Epa.
Entro al blog y me topo con Allen, McLuhan (padre y sufrida hija) y nueva mención a Las maniqueas.

No sé si salieron; más bien creo que se rajaron.

Se trató de un mal invento de la niñez que duró demasiado (2001-2004). Una publicaciones enviadas vía e-mail. Un tema en una carilla. Muy cada tanto. Fueron 15 números. El útimo envío -y de casual relación con uno de los últimos temas del blog- termina así:

"Me cansa ser tan soberbio y no tener nada que aportar. Hijita del fletero, siempre fui menos que mi reputación. ¿Sabías?"

Polvo al polvo.

Anónimo dijo...

Todo muy lindo, pero ¿se supone que eso te cubre y libera?

Por favor.

flor dijo...

¿no es raro ver a McLuhan como un padre que duele por su hija?