martes, agosto 31, 2010

Lecturas recomendadas


"Querido Desmond:

Tiene razón en haberse enfadado, lo que hice fue una cosa despreciable, una estupidez egoísta, perezosa, imbécil y merezco un castigo. Quiero que me castigue. Venga a mi casa a la misma hora del mismo día de la semana que viene. Si no puede, dígame por e-mail que tardes está libre y escogeré una. Venga a Wharfside Court y a las tres en punto llame al timbre tres veces. No contestaré por interfono, sino que abriré la puerta de la calle: oirá el portero automático. Encontrará sin cerrar la puerta del piso: basta con que empuje para que se abra. Cierre y suelte el pestillo, que se cerrará solo. No me llame. No diga nada. Cuelgue el abrigo en el recibidor. Entre en el cuarto de estar. Las persianas estarán bajadas y el cuarto estará en penumbra. No encienda la luza principal. Habrá una lámpara de mesa con una bombilla roja encendida. Me verá ecorvada sobre la mesa, con la cabeza en un almohadón. Estaré desnuda de la cintura para abajo. No diga nada. Acérquese por detrás y colóquese para azotarme el culo. Quítese la chaqueta y remángese la camisa si quiere. No intente follarme. Esto NO es una invitación a follarme, sino a castigarme. Use sólo la palma de la mano, no una vara ni otro instrumento, pero pégueme todo lo fuerte que quiera y tantas veces como le apetezca. No pare si grito o si sollozocontra el almohadón. Expulse el enfado de su organismo. Cuando esté satisfecho, cuando se sienta purgado, váyase en silencio, tal como entró. Cierre al salir la puerta del apartamento y salga del edificio.

La siguiente vez que nos veamos no diremos nada de lo que ha ocurrido ni hablaremos del libro de la biblioteca. El expediente quedará cerrado. Seguiremos como si nada hubiera pasado. Así está bien.

Alex".


Lodge, David. La vida en Sordina, Anagrama, 2010.

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Este pasaje, elegido adrede, grafica un punto central de una novela que, por momentos, parece una comedia de enredos. El protagonista invitado a azotar es un profesor universitario retirado. Quien pide ser azotada es una alumna de doctorado que -éste es su crimen- marcó con un resaltador turquesa un libro de la biblioteca universitaria. El autor, un inglés genio, se ríe como siempre lo hizo del moralismo británico, de la vida académica y (en este caso en particular, a diferencia de todos sus libros anteriores) de su sordera.

La obra novelesca de Lodge es impresionante. Fue un académico brillante hasta que se hartó de los cócteles y congresos europeos. Escribió. Desde muy joven, trató de plantear quiebres con el acartonado mundo monárquico y católico que lo rodeó de chico. Su ficción evolucionó temporalmente a medida que él fue envejeciendo, y sus conflictos fueron cambiando con la edad.

En sus arranques escribió sobre la postura de la iglesia acerca de los métodos anticonceptivos, desde el punto de vista de un adolescente semi pobre que temía -otra vez- un embarazo indeseado ("La caída del Museo Británico"). Más adelante dibujó una fábula de viaje iniciático hasta Alemania justo después de la Segunda Guerra ("Fuera del cascarón"). Y después encontró el mundo universitario, su nicho para bien y para mal.

En su saga primaria, "Intercambios"-"El mundo es un pañuelo"-"Buen Trabajo"-"Pensamientos Secretos", el hombre introduce, desarrolla y perpetúa personajes con los que uno, como lector, traba alguna relación. El grado de protagonismo de cada uno varía en cada novela. Pero el nivel de narración es excepcional, siempre.

Recomiendo todos estos libros que nombré, así como también "Terapia", quizá su obra más lograda, que terminó para mí de forjar el sentido de una frase que usaba Fontevecchia en medio del conflicto con los trabajadores de Perfil: "No puedo dejar de pensar en Kierkegaard".

Vivo días de mucha lectura. Hace unos meses que no compartía nada con ustedes. Estrictamente, leí a Nothomb ("Antichrista", "Brillante como una cacerola", "Ni de Eva ni de Adán", todos impresionantes), a Baricco (terminé "Los bárbaros"), a un periodista deportivo de nombre Simon Kuper ("Soccernomics), a Tabucchi ("Nocturno Hindú"), a Kapuscinski (también terminé por fin el intragable "Viajes con Heródoto"), a Pérez Reverte ("La carta esférica", regular), a Auster ("Invisible". Auster es como Woody Allen. Te gusta una, te gustan todas), a Hrabal ("Trenes rigurosamente vigilados"), a Bradbury ("Remedio para melancólicos"), a Feinman ("Carter en Vietnam", segunda parte de la colección "Carter", que es básicamente un remake de Apocalypse Now, con su personaje metido en el medio) y a Villoro (autor que le debo a Flor, esta vez "Palmeras de la brisa rápida", una crónica maestra).

De todo, elijo ese pasaje que escribí. Por lo sugestivo y por lo inclusivo. Por su erotismo desencadenado, por la incomodidad nerviosa. Porque, ahí, hay un nudo inescapable.

Sí, bueno. Les dije: estuve leyendo mucho.
¿Ustedes en qué andan?

Saludos.
L>S>D>A

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimo lo tuyo. Gracias por las recomendaciones. Tu pluma nos regalará algo de ficción en algún momento?
abrazo.
fv
PD: ahora estoy con Si me querés quereme transa, de Cristián Alarcón. Aunque, a mi ritmo cansino, tengo para un mes.

Eugenia Hermida dijo...

ME ENCANTA QUE HAGAS ESTO PABLO! Alguna vez pensaste en hacer crítica literaria o alguna de esas cosas en revistas y eso?? Los vendes muy bien y sumo estos a mi listita.

Yo estuve con Patti Smith y "Eramos unos niños", empecé el último harry Potter y lo abandoné por Saramago y su "Manual de pintura y caligrafía".

Ya sé, lo de harry Potter, no hagan comentarios, tengo esos deslices, lo leo en inglés por lo menos.

L>S>D>A dijo...

Entre Harry y el Manual de pintura y caligrafía me quedo con Harry. A mí me encanta Saramago pero justo ese libro es terriblemente embolante.

FV, hace rato que estoy tentado con Alarcón (gran compliador de crónicas, recomiendo el blog Águila humanas) pero no me gustan ni el título ni la tapa que eligió para su libro. ¿De qué va? ¿Lo recomendás?

Abraz

Anónimo dijo...

Creo que es un gran constructor de climas enrarecidos. Pero con esta gente afiliada al nuevo periodismo siempre me entra un poco la desconfianza. Por momentos sospecho que me está vendiendo una frutería entera. El tipo se mete en el barro del hampa y la descose en detalles.
Es entretenido, y si no sufrís de desconfianza crónica resulta muy interesante.
Si queres, cuando terminó te lo presto.
Abzo.
fv

flor dijo...

lo último que leí fue la nueva novela de t.

mentira, después leí a zambra con su Bonsai.

tengo un inédito que será inédito hasta el lunes así que más vale leerlo antes de que llegue a las librerías. Se trata de un diario que escribió Bioy y que publicó entre amigos.

Veré.

porque estoy loca, loca de laburo. me la paso leyendo sobre rock para las clases. eso sí.

Anónimo dijo...

Pablo, cuando lo termine te cuento. Por ahora tiene sus momentos, pero no me digas eso de un libro que estoy leyendo que me sacás las ganas!

Flor, y si yo quiero leer la novela de T.?

eh