¿Volviste, chiquita? ¡Hola, nene! ¿Dónde estuviste? Por allá. ¿Por dónde? Por allá. ¿Otro barrio? Sí. ¿Cuál? No sé cómo se llama… pero mi mamá sabe. ¿Caballito? No. ¿Almagro? No. ¿Belgrano? No… no… ¿Cómo estás? ¡Con calor! Sí, yo también. ¿Te fuiste de vacaciones? No del todo, ¿y vos? Ya te dije, nene, me fui allá. ¿Adónde? ¡Ya te dije! Al otro barrio que mi mamá sabe… ¿Villa Urquiza? ¿Colegiales? No, no… tampoco. Me rindo. ¿Pero qué hiciste ahí? También junté. Entonces no te fuiste de vacaciones. Sí, porque es un lugar diferente. Parecían vacaciones. ¿Juntaste muchas cosas? No, porque todos se habían ido de vacaciones como yo. Así que había menos bolsas y encima las revisaban otros antes. Pero encontré un par de sandalias… ¿Sí? ¡Qué bien! … no me quedan, son muy grandes, así que mi mamá me dejó guardarlas para cuando tenga 13, 14 o más… no sé, 25, 30. Para cuando sea vieja. ¡Falta tanto! Pasa rápido, no te preocupes. Y encima me acabás de acuchillar sin darte cuenta.... ¿Qué es eso? ¿Qué? Eso. No sé… parece una tarta. Mmmhh… me parece que es una empanada. No, es un pedazo de tarta, ¿ves? Sí, tenés razón. Pero no la comas, tiene huevo y hace mucho calor. Por ahí está feo y te hace mal. ¡Nene! ¿Sabés las veces que ya comí? Y está fría. Estuvo en la heladera. No la comas, te bajo unas galletitas como las de antes. No, ya te dije que no me gustan esas galletitas que tenés. Pero son las únicas… Ya sé, por eso no te pido más. Sos malo comprando galletitas. Tenés que comprar esas más chiquitas y ricas. ¿Criollitas? ¡Sí! Pero esas que te doy siempre te las comiste con ganas… Y sí, porque tengo hambre. ¿Qué te pensás? Y si me las das de nuevo, me las voy a comer igual. Mirá que sos complicada, che. Salí. Y dejame comer la tarta. Es lo que encontré yo, así que no quiero que me des nada. Andate, nene. Vamos al quiosco y compramos Criollitas, ¿si? No, no quiero. Tengo tarta. Te enojaste. No. ¿Qué otra cosa tenés además de galletitas? Dejame pensar… eeeh… creo que arroz, pero tengo que hacerlo. Uuuhhh. Eso tarda mucho. Prefiero la tarta. ¿Y si vamos a comprar empanadas? No, hace calor. Las pedimos frías. No, no quiero que gastes plata, ya te dije. Tengo mucha plata. ¡Mentiroso! Si tuvieras mucha plata comprarías otras galletitas, o tendrías más comida en la heladera. Sos demasiado inteligente para tu edad, princesita. Salí. No comas eso, te dije… pucha. Dejame tranquila... ¡uy! ¿ves ese hombre? Sí. El otro día se bajó del auto y me dijo cosas. ¿Qué te dijo? Chanchadas. ¿Pero qué? Chanchadas, me dijo. ¿Y qué le dijiste? Nada. ¿Por qué? Porque no pude. ¿Por qué? Porque cuando lloro no puedo hablar. ... ... No comas eso. Te va a hacer mal. Vamos a comprar algo, dale. Quiero comer lo que encuentro yo. No me gusta pedir. Mi mamá dice que no hay que pedir limosna. Y además a mi mamá no le gusta que hable con chicos. Así que andate. ¿Un helado? Me dijiste que tenés calor... No. Andate y dejame comer. ¿Y si hablo con tu mamá? ¿Por qué nunca me dejás? Ya te dije por qué. Pero le voy a decir que no se enoje… No, andate. Me voy, pero mañana tocame el timbre y te bajo cosas ricas, ¿sí? No sé. Por ahí. Dale. ¡Y una manzana! Me gustan las manzanas. Hace mucho que no como manzana. Te lo prometo. ¿Te acordás el departamento? Quinto… Sexto cé. Sí, ahora me acuerdo. Chau, nene. Esa bolsa es más grande que vos, ¿te diste cuenta? Todas las bolsas son más grandes… es como si estuvieran hechas para que entrara yo. Tengo una botella con agua mineral. Mi mamá ya tiene agua. Y una lata de atún. No puedo comer atún ni esa otra… ¿Caballa? Esa. Me hacen mal. Una vez estuve en el hospital. Chau, andate. Chau. Esperá… ¿Qué? ¿Cómo me dijiste la otra noche? ¿Cuándo? Hace mucho. Esa noche que me llamaste con un nombre raro… No me acuerdo. Me dijiste “Vence…”, “Vendis…” Ah, sí, te llamé “Bendecida”. ¿Y eso qué significa? Significa… “mañana”. Me gusta. Lo sé. Una manzana, acordate. Mañana. Mañana, nene.
("De las brasas de una constelación / al mundo perecedero / Bendecida fue la causa de mi fortuna / Y de la tierra perdida en la infancia / al mundo perecedero / Bendecida fue la causa de mi fortuna").
NS
miércoles, febrero 15, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Raro no. Raríiiiiiiiisimo.
Amo la literatura.
Y este texto, pudor aparte, es literatura letra por letra.
Amo este texto.
Salud, desde la maravillante Arequipa.
P.
Pucha que son queribles. A mi me pareció verdaderamente lamentable (el texto).
Bueno, no tanto (lo del texto).
Lo más raro de todo, en serio, es que no conozco su ¿verdadero? nombre. Nunca se lo pregunté.
Eso de volarse los sesos en un McDonalds tiene algo muy tarantinesco... ¿no?
Publicar un comentario