Japón-Corea
No, no es que las papas Pringles vengan podridas. Es que la marca estadounidense no quiere perderse la fiebre del fútbol y aporta un remedio eficaz para aquellos fanáticos empedernidos que puedan sufrir angustia oral durante algún partido. Sí, ahora las papas vienen con preguntas y respuestas impresas en un dudoso celeste, con un dudoso acento mexicano. Ya llegará el tiempo de las publicidades de gaseosas, cervezas, petroleras, etcétera, etcétera, etcétera. Por ahora tenemos la oportunidad de comernos preguntas y respuestas sobre el Mundial. ¿Será alguna suerte de ardid secreto? ¿Producirá algún (de)efecto colateral?
9 comentarios:
El "Carrera de mente" es un poroto al lado de esto.
Quise decir algo muy inteligente y no me salió. Y aquí me tienen, jugando a la payana con unos chizitos.
Permiso.
A queso.
El normal de los elementos comienza a tener un olor pútrido cuando está rancio. Un olor similar al del queso. El queso rancio huele a chizito (e incluso peor).
Muy baudrillardiano. El simulacro es ahora el topos de referencia para conceptuar un original que alguna vez fue la matriz sobre la cual se construyó el simulacro.
Los cervatillos se parecen a Bambi. El robo fue cinematográfico. Hitler era igualito a Bruno Ganz. El mapa precede al territorio. El uniforme de la sirvienta es como el que usa la chica de la novela de las 15:00. El queso tiene olor a chizito.
Y aquí me tienen, jugando a las bolitas con caramelos Lipo.
Permiso.
Cómo adoro la palabra "pútrido". Suena a susurro angélico.
Me gusta la idea, me encanta. El mundo invertido con tiempos extraños. El terreno se parece al mapa. Macchu Picchu se parece a las fotos.
En mis vacaciones siempre intento escaparle a las imágenes de aquello que voy a ver. Antes de visitar un lugar, ese lugar debe ser para mí una incógnita absoluta.
Casi como cuando veo una película: evito los avances.
¿Por qué?
La realidad se parece a la foto, la película se parece al avance.
Ayer fui a ver "Good night, and good luck".
Es la película que más me gustó en todo el año por escándalo.
Salud.
1. Desde que el hombre es hombre siempre se dijeron pavadas. Algunas inocuas y otras que cambiaron el destino de una civilización.
Un poco antes de morir, y luego de haber militado fervientemente por un uso limitado de la energía atómica, Albert Einstein dijo: "Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro de que el universo sea infinito".
Así que... ¿quién arroja la primera piedra?
2. La frase "Responde a un hombre que a pesar de su look..." no me parece vana ni despreciable. No se me asoma como una estupidez. Más bien suena a un estigma que habla de nuestros tiempos, de nosotros y de nuestra cultura. Habrá que observarla, analizarla y evaluarla sin frituras.
3. Es exactamente la moda (y su transversalidad cultural que supera la contingencia de lo pasajero) uno de los fenómenos más analizados por los filósofos actuales. De hecho, muchos estudios sobre la posmodernidad toman como uno de sus puntos neurálgicos a la moda (entendiendo por "moda" el aspecto acotado del ropaje o, en el sentido más amplio, una construcción integral de usos y hábitos adoptados comunitariamente en un determinado tiempo y lugar -artefactos, códigos, alimentos, productos mediáticos, literaturas, posturas intelectuales, modelos corporales, etc.).
4. Naturalmente, sería muy fácil decir que hay cosas más importantes por las cuales freírse el cerebro. Aquí vendrían los ejemplos asquerosos de rigor -con perfume demagógico- al momento de haber podido plantear la cuestión de una manera que he evitado por convicción. Si la realidad fuera tan maniquea, no habría ciencia, pensamiento o elucidación de problemas "mundanos". Sólo puedo asegurar que, si en efecto evaluara alguna cosa como majadera, no le dedicaría ninguna fritura de mis neuronas (mi vida, al fin). Buscaría otras batallas.
5. Estoy seguro de que Dios poco tiene que ver con esto.
6. Mi retirada será arrogante, pedante y despótica. No esperen ningún pedido de permiso en esta ocasión.
Me quedé afuera con lo de Graña.
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