martes, abril 20, 2010

AOP, ¿qué pasa con los años?

Coincide un poco con la noticia de que lo único que progresa con el paso del tiempo es la tecnología; el hombre no, siempre es el mismo. Eeeh, bueno... Inclusive según el poeta, el amor, con los años, con los años desaparece...

10 comentarios:

Eugenia Hermida dijo...

O con los años se vuelve más selectivo, o se hace más el difícil.

flor dijo...

yo no soy tecnología y considero que progreso (claro, debo ir unos pasos más atrás, apelar al recuerdo de un tiempo, unos años, que ya fueron).

Anónimo dijo...

http://www.goear.com/listen/d94fe8b/años-sumo

L>S>D>A dijo...

Ah, la zandanga. Se puso profunda la cosa.

Anónimo dijo...

Claro, cómo no me dí cuenta antes.

Esta fue la segunda vez que escuché este temita (bomba) en mi vida. Y sí, sigue siendo bomba.

Y Pablo, cúando no.

eh

L>S>D>A dijo...

Para que mi intervención no quede en esa vaga y superficial introspección escupida desde la sorpresa, quiero abundar en el tema de los años. Que sea, como siempre, con las palabras de otro:

"Nadie se imagina el drama escondido bajo las líeas de mi rostro sereno, pero yo también tuve veinte años, y la sonrisa del hombre sumergido en la perspectiva de un triunfo próximo. Sensación de tocar el cielo con la punta de los dedos, de espiar desde una altura celeste y perfumada, el perezoso paso de los mortales en una llanura de ceniza.

Me acuerdo...

Emprendí con entusiasmo un camino de primavera: invisile para la multitud, pero auténticamente real para mí. Trompetas de plata exaltaban mi gloria entre las murallas de la ciudad embadurnada groseramente y las noches se me vestían en los ojos de un prodigio antiguo, por nadie vivido.

Abultamiento de ramajes negros, sobre un canto de luna amarilla, trazaban, en mi imaginación, panoramas helénicos, y el susurro del viento entre las ramas se me figuraba el eco de bacantes que danzaran al son de sistros y laúdes.

Oh, aunque no lo creáis, yo también he tenido veinte años soberbios como los de un dios griego y los inmortales no eran sombras doradas como lo son para el entendimiento del resto de los hombres, sino que habitaban un país próximo y reían con enormes carcajadas; y, aunque no lo creáis, yo los reverenciaba, teniendo que contenerme a veces para no lanzarme a la calle y gritar a los tenderos que medían su ganancia tras enjalbegados mostradores:
-Vedme, calnallas...; yo también soy un dios rodeado por grandes nubes y arcadas de flores y trompetas de plata.

Y mis veinte años no eran deslustrados y feos como los de ciertos luchadores despiadados. Mis veinte años prometían la gloria de una obra inmortal. Bastaba entonces mirar mis ojos lustrosos, el endurecimiento de mi frente, la voluntad de mi mentón, escuchar el timbre de mi risa, percibir el latido de mis venas para comprender que la vida desbordaba de mí, como un cauce harto estreco".

Arlt. El jorobadito. El cuento es Escritor Fracasado.

Lo más duro de crecer es tener que optar. El fin de las potencialidades. Poder ser cualquier cosa, ser lo que quiero ser. Ser lo que soy.

Abrazo filosófico y avejentado.
P

flor dijo...

¿todo esto es porque estoy próxima a cumplir 28? ¿Van a celebrar conmigo, luchadores despiadados?

[no hay que olvidarse de celebrar -se le brar-]

Anónimo dijo...

Manga de infantes culturos, se pueden dejar de ostentar vejez!!!


eh (en el país de Nunca jamás)

diego dijo...

los años son tiempo
y el tiempo no existe
les recomiendo vivir en la atemporalidad.

Anónimo dijo...

Ayer, vi el documental de Luca, tirada enferma en la cama. La pucha.

Dieguito, apoyo tu moción!

eh