
Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la Ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuantos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de Zinc cubren los techos; pero sé ya que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia al suelo de un farol y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde el farol hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de una canaleta y el gato que la recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de improviso desde detrás del cabo y la bomba que destruye la canaleta; los rasgones de las redes de pescar y los tres viejos que sentados en el muelle para remendar las redes se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador, de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle.
En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos.
Ítalo Calvino (vía Langosta).
6 comentarios:
linda escritura.
Pensar que hoy Zaira para los pobres mortales de estas geografías es Zairita Nara.
f.
Amo a Ítalo Calvino. Durante años mi libro favorito fue "Nuestros antepasados", un libro hermoso con 3 cuentos largos (o tres novelas cortas) entre ellos el mas hermoso de todos "El varón rampante" una historia de rebeldía, principios y como todo libro de amor, que me puso la piel de gallina las 200 veces que lo leí.
Saludos, muy buen post¨
MeGalómano!
Pablo, te das cuenta de lo hermoso que hace parecer ese texto, esa ciudad. Como para que no se te envidie che.
Y otra cosa, qué lindo leer al gigante verde escribiendo así.
eugeh
Euge,
la ciudad es ficticia. La que ilustra la foto es otra, una ex capital coqueta de Malta que se llama Mdina. Sí, es muy linda, pero no sé cuánto tiene que ver. Sólo me pareció adecuada.
Igualmente, como diría Calvino -y para terminar de exprimir este libro que estoy leyendo- :
De la ciudad de Zirma los viajeros vuelven con recuerdos bien claros: un negro ciego que grita en la multitud, un loco que se asoma por la cornisa de un rascacielos, una muchacha que pasea con un puma sujeto con una traílla. En realidad muchos de los ciegos que golpean con el bastón el empedrado de Zirma son negros, en todos los rascacielos hay alguien que se vuelve loco, todos los locos se pasan horas en las cornisas, no hay puma que no sea criado por un capricho de muchacha. La ciudad es redundante: se repite para que algo llegue a fijarse en la mente.
Vuelvo también yo de Zirma: mi recuerdo comprende dirigibles que vuelan en todos los sentidos a la altura de las ventanas, calles de tiendas donde se dibujan tatuajes en la piel de los marineros, trenes subterráneos atestados de mujeres obesas que se sofocan. Los compañeros que estaban conmigo en el viaje, en cambio, juran que vieron un solo dirigible suspendido entre las agujas de la ciudad, un solo tatuador que disponía sobre su mesa agujas y tintas y dibujos perforados, una sola mujer gorda apantallándose en la plataforma de un vagón.
La memoria es redundante: repite los signos para que la ciudad empiece a existir.
....que mal me hacés quedar che, y sí, ya me lo dijeron, soy una bruta.
lindo igual
eh
Pablo, no puedo creer que estés leyendo ese libro. Es uno de mis preferidos.
De chiquito quería ser Marco Polo.
De chiquito.
Hace rato que no escribo nada en el blog ni en ninguna otra parte. Me olvidé de escribir. Me olvidé las palabras. Me olvidé el cómo y el qué.
De chiquito quería ser Marco Polo. Tal vez por eso me olvidé. Ciudades sin memoria.
NS
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