
Me gustó. No siempre uno desentona adrede. Es más, cuanto más deliberadamente uno se empeña en desentonar, más obvia es la intención. Y el ridículo.
Desde mi humilde posición los invito a que desentonemos juntos...aun tengo la infantil idea de que puede cambiarse el mundo si todos nos disponemos a sonreir un poquito más.
Vale
(Dedicado a Ulrikke que pareció no tener un buen día)
1 comentario:
Amén (2002, Costa Gavras)
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