viernes, octubre 17, 2008

Una debacle muy fácil de prever - Giovanni Sartori

Hola a tod@s:
Cómo siempre polémico, el autor de Homo Videns, opina sobre la crisis de los mercados desde un artículo publicado en el día de la fecha por el diario La Nación.
Atte
Lic. Héctor Omar Díaz

Hasta el momento, no he dicho una sola palabra sobre la actual crisis económica. Esperaba que me iluminaran los economistas. Esperaba, entre otras cosas, que hicieran un mea culpa. Porque el hecho es que la mayoría no previó la catástrofe inminente. ¿Era imposible preverla? Puros cuentos. No sólo era totalmente previsible, sino que, por principio, una ciencia económica que no sabe prever tiene poco de ciencia.
¿Ciencia de qué? Un saber "práctico" que aconseja mal y que prevé peor produce problemas y te deja con ellos.
Muchos economistas se sacan la responsabilidad de encima echándole la culpa al liberalismo "salvaje" que ha predicado la desregulación, la eliminación de las reglas. En su momento escribían que las reglas estaban mal hechas, por lo que había que eliminarlas; pero "desregular" es tan sólo un remedio de corto plazo, y un vacío de reglas no implica que no debamos tenerlas. Por eso, hoy las reglas se hacen más necesarias que nunca.

Los bancos sin supervisión son libres de perjudicar a sus depositantes. El mercado financiero siempre está más colmado de estafadores que de estafados. La disyuntiva no es intervenir o no, sino entre la capacidad de intervenir bien o no.
Leo que las crisis financieras son intrínsecas al capitalismo; que pensar en eliminar los riesgos es una tontería, y que para cada regla existe una manera de transgredirla. Pero lo mismo espero que no sea así.
El mercado es un mecanismo que, para existir y funcionar, debe estar protegido por leyes que eviten los monopolios y que castiguen las transgresiones garantizando la autenticidad de los productos. El mercado no existe si puedo hacer pasar por oro cualquier metal amarillo. De esa manera, ¿cómo vamos a controlar los medicamentos y, más aún, la producción industrial de alimentos? Por lo tanto, el argumento de "hecha la ley, hecha la trampa" es suicida.
No creo que las crisis del "estilo 1930" sean fisiológicas. Como el sistema de mercado es un automatismo que se autocorrige, es normal que tienda a ser cíclico y a sufrir recesiones. Pero si un sistema de mercado que se autodestruye derrumbando todo el sistema económico fuera "normal", entonces nos encontramos ante un sistema mal articulado.
Vuelvo a la pregunta que es la madre de todas las demás: ¿por qué los economistas no previeron adecuadamente ni denunciaron la locura de los subprime, de las hipotecas sin suficiente cobertura? Esos préstamos produjeron la vorágine en la que ahora nos hundimos. Y, sin embargo, todos se mantuvieron callados y dispuestos a aceptar la fábula (el opio) de los "derivados", es decir que el riesgo se minimizaba distribuyéndolo en muchas partes y en todo el mundo. Obviamente (lo dice el sentido común más elemental), eso sólo puede ser así si la "deuda incobrable" no se hace gigantesca. Pero nadie la controló y se hizo gigantesca, y así es como todos nos encontramos en peligro.
Por lo tanto, lo que ocurrió era fácil de prever. Yo mismo me espanté cuando vi, en Estados Unidos, el bombardeo de ofertas de crédito fácil, demasiado fácil. Pero son los economistas los que no se asustaron a tiempo y que ahora deben hacer un examen de conciencia y rever sus propias deficiencias. Porque quien no sabe prever, tampoco sabe prevenir.


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1060126&pid=5225940&toi=6262

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien que alguien como Sartori hable de la crisis económica. Pero quizá uno esperaría de él un análisis profundo de causalidades y consecuencias más que un berrinche contra los actores del sistema financiero o -sin más- contra la desregulación de la voracidad capitalista.

Es cierto que la crisis era fácil de prever: en ciertos círculos, estaba prevista.

Sartori, si tan claro tenía el panorama mundial (y aún hoy no es tan claro) podría haber anunciado una debacle próxima con algún artículo propio. Se sabe que tiene autoridad y renombre como para hacerlo.

Quizá es más fácil escribir hoy y acusar. Todo lo que ocurre es culpa de otros que, para colmo, podrían haberlo previsto.

Poco de ciencia, aunque sea social.

Saludos
P.

Anónimo dijo...

Es muy interesante. Siempre admiré en Sartori ese talento que tiene para apostar el lunes al caballo del domingo.

Las ciencias vienen de capa caída. Hasta la Máquina de Dios falló.

Habrá que hacerles caso a T. Kuhn y a Alejandro Lerner. Habrá que volver a empezar.

Anónimo dijo...

¿Falló la máquina de dios? Pucha digo. Cómo andará Paenza.

Anónimo dijo...

Se rompió allá por el 20 de septiembre, unos pocos días después de que la pusieran en funcionamiento.

Ahora que lo pienso... qué extraña coincidencia. La maquinola divina se viene a romper justo cuando usted andaba de paseo por la zona.


Mmmhhhh.....

Anónimo dijo...

Soy pésimo en los protocolos.

Ahora me doy cuenta de que nunca les presenté a Héctor. Bueno, Héctor es Héctor. La circunstancia quiso que fuera un alumno mío hace años en la U. CAECE.
Héctor fue "uno de esos alumnos".
Y Héctor también es profesor.

¿Te acordás de las clases de los sábados a primera hora de la mañana? Creo que era en la ya desaparecida (y bonita) sede de Perón y la vía.

Hola Héctor.

Gracias por participar.

Abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Natalio:
Cómo me voy a olvidar de esos sábados por la mañana, cuando más de uno venía sin dormir (lo digo por experiencia propia) pero estábamos ahí en tu clase. Para los demás lectores de este sitio, quiero comentarles que a pesar de lo adverso del horario, la asistencia era más que generosa.
Gracias por invitarme a postear textos y es una manera más de seguir vinculados.
Un abrazo
Héctor