lunes, julio 07, 2008

Desencuentro


Hoy, hace unas horas, di lo que podría haber sido el último final de mi carrera. No lo sabré -no sabré si fue el último- hasta la semana que viene porque, como tenía que ser en honor a la incertidumbre, era un escrito.

Sin embargo estoy lejos de la felicidad exultante que me embargó después de todos los parciales y finales anteriores a éste.

También tuve un nervio particular, que precedió con más fuerza y más profundidad que nunca a mi experiencia evaluativa.

Quizá es porque antes, siempre, veía la opción de lo que seguía. El siguiente ya no existe.

¿Y ahora qué?

Se me ocurre que esa es una de las preguntas más inquietantes en una era de sobresaturación. Entre estímulo y estímulo: ¿Y ahora qué? Justo al decidir que uno quiere casarse, tener hijos y vivir con su mujer: ¿Y ahora qué? Cuando se pasa la vida, cuando se viene la muerte: ¿Y ahora qué? Después de dar el último final de la carrera: ¿Y ahora qué?

Este mismo día perdí la billetera. Le di muchas vueltas a la cuestión simbólica de la pérdida del dinero: fue el costo que tuvo, en definitiva, para mí, terminar definitivamente cualquier cursada en esta carrera.

Pero también saldé una deuda que no era monetaria.

Ojalá que apruebe.

L>S>D>A

PD: No parece haberles ido muy bien a los muchachos de periodismo en el primer parcial de AOP.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Permítaseme la cuchillada del desengaño: el último final es la tesis.

Así que busque esa billetera para volver a extraviarla cuando corresponda.

Anónimo dijo...

Y sobre todo, cuando se apreste de una buena vez a "adjuntarse" como profesor de AOP.

Anónimo dijo...

Voy a abrir un legajo para adscribir lo recién publicado en escribanía.

Archívese.


PD: También voy a empezar a dar clases particulares de AOP.

Anónimo dijo...

Sería muy bueno encontrarte en un aula como profesor. Felicitaciones por el último final!

Blue dijo...

Uy, yo también di hoy mi último final, y aunque la nota no fue la que más hubiera querido (un rasposo 5), la sensación fue del alivio más pleno y absoluto. Desde diciembre a hoy, descubrí un espectro tan grande de opciones dentro de mi carrera, que el sentimiento que me invade no es miedo sino felicidad, y de la duradera.

Anónimo dijo...

Gracias, s. ¿O debería decir gracias, ig?


Felicitaciones, blue. El cinco no le importa a nadie. Las notas no le importan a nadie. A nadie.

Que no te importen.

Yo también aprobé. Me enteré por mensajito de texto. Menos mal que no era el recibimiento porque habría sido deprimente.

Abrazo a todos, y que tengan una felicidad de la duradera.

Yo andaré por aquí conformándome con melancolías pasajeras y Silvio Rodríguez.

Y con Manrique:

"Cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte,
tan callando"

Anónimo dijo...

Veo que están todos muy sentimentales.

Y felicitaciones.

¡Y Manrique!

Espléndido.

Vetustos y arcanos afectos,
NS

Anónimo dijo...

Ah, claro. Loca tuca de Dios.