Qué libres que somos para algunas cosas
Qué presos para otras...
Un buen ejemplo de libertar es cuando tenemos ese poder inigualable de decidir entre dos caminos, y hasta a veces por suerte (o por desgracia) hasta podemos optar entre muchos. El problema de todo esto, es que el ser humano tiene ese principio de dominación según mi amigo Asch, que hace que queramos saber aún más...hasta el punto de preguntarnos "¿que hubiera pasado si hubiese optado por el otro camino?"
Y ahi cagamos...ja...nos agarra la inevitable incertidumbre que nos hace dudar de todo y por qué no de todos un poco tambien.
Hay personas que por miedo a elegir el camino equivocado, lo resuelve simplemente dando la espalda a ambas situaciones, o eligiendo la mas sencilla.
Triste realidad...hasta dónde puede llegar el narcisismo propio de querer hacer todo tan bien, de creernos tan perfectos...cuando en realidad somos un manojo de elementos positivos y negativos que están a la legua de cualquiera.
Hay que empezar a jugarse un poquitito mas...y comenzar a cambiar la pregunta de ¿qué hubiese pasado...? por una un poquito más optimista como replantearse las razones que nos llevaron a elegir un camino por sobre el otro.
En lo personal creo que no tomé caminos equivocados, porque -a ver si se entiende- todo nos lleva a algo, es necesario a veces toparse con un camino incorrecto para aprender, al fin y al cabo de eso se trata la vida: aprender...o mejor dicho, APREHENDER. Volviendo al caso...es evidente que considero que a veces hubiera sido mejor tomar otro camino, pero reflexionando sobre el tema, creo q ningun camino es del todo incorrecto...son diferentes formas (unas más extensas, otras más breves) de encontrarse a uno mismo, de valorar lo que somos y lo que queremos ser.
A lo largo de los diferentes caminos tenemos la suerte o la desgracia de toparnos con ciertas personitas, que proporcionalmente a la jerarquía que les otorgamos es el impacto que generan en nuestras vidas. Esas personas son recuerdos que van a quedar siempre con nosotros: momentos, charlas, risas, peleas, desencuentros y demás. No hay forma, por más que queramos, que desaparezcan de nosotros; principalmente aquellas que nos marcaron.
Hoy pienso en todas esas personas, y una vez más puedo afirmar que no me equivoqué en los caminos que elegí y los caminos en los que me arriegué a entrar (Ojo, que no se confunda con narcisismo, si lo hicieron vuelvan a leer porque no captaron para nada la esencia de todo esto jaja).
Si hoy tuviese la oportunidad de volver el tiempo atrás...haría exactamente lo mismo (tal vez no todo, pero en su mayoría sí). Dudo mucho que vaya a haber divergencia en mis elecciones.
Creo que sólo yo entiendo el significado de todo esto...pero a veces esta bueno desprenderse un poquito de todo y distenderse al menos media horita para encontrarle algún sentido a esta rutina.
No importa si leyeron o no...sólo quería plasmar una pequeña idea.
(Es un fragmento de algo que escribí hace ya varios años cuando reflexionaba, en noches como esta, acerca de los caminos a seguir y cómo siempre pensamos más en el que dejamos de lado)
He regresado...
VaLe!
lunes, enero 08, 2007
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1 comentario:
Subirme a un auto. Elegir subirme. Chocar. Morir.
El amigo Guillermo decía que Ser o no ser. Yo pensé, desde entonces, subir o no subir.
Esa fue la cuestión.
Las elecciones nunca son perfectas. Ni siquiera acertadas. Vivimos errando. Perdón. Viví errando. Y sin embargo viví, aunque haya muerto.
La melancolía pertenece a otra estación. Me gustaría mirar atrás y encontrar verano. Caminos olvidados de hojas verdes y espíritus divididos.
Sólo veo una rama que me trae a hoy. En este punto y en estas letras, pienso. No importa cómo, pienso. Desde arriba del auto, a ciento veinte kilómetros por hora, dicen, con la pierna marcada y la voluntad sangrando.
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